Petróleo en baja: esperan que el precio del barril quede abajo de los u$s 80 por varios meses

Las razones van desde una disputa comercial entre Arabia Saudita y EE.UU., a lo opuesto: un acuerdo entre ambos para afectar a las economías de Irán y Rusia, rivales políticos

Una pequeña revolución se estaría gestando en el (regularmente) convulsionado mercado mundial del crudo, cuya permanente volatilidad está siendo puesta otra vez a prueba con la fuerte caída en sus precios, que ya superó el 30% en los últimos cuatro meses (de u$s 107 el barril de WTI en junio de 2014, la semana pasada cerró cerca de los u$s 80). Y que promete seguir su tendencia bajista, de acuerdo con estimaciones del gigante ruso Gazprom, que ve el crudo en un precio de u$s70 en los próximos meses.

Históricamente, la industria petrolera es un sector muy sensible a los movimientos geopolíticos en Oriente Medio, la región donde se encuentran sus principales países productores, ya que cualquier conflicto militar o incluso diferendo diplomático pone en vilo a toda la economía mundial. Porque además, el petróleo es el commodity cuyas variaciones en sus precios afectan a una mayor cantidad de sectores: transporte, energía, producción industrial, agroganadería, etc. Por eso esta fuerte caída no deja a nadie indiferente y tiene a los analistas tratando de discernir hacia dónde se dirigirá el mercado en los próximos meses.

A nadie escapa que el ascenso poderoso de EE.UU. como uno de los mayores productores mundiales de petróleo (se estima que acaba de superar a Arabia Saudita, el líder histórico) está transformando profundamente el equilibrio entre la oferta y la demanda global de hidrocarburos. De ser el mayor importador de crudo, EE.UU. pasó a convertirse en el principal productor, si bien todavía no juega en el campo del comercio internacional, ya que las exportaciones están prohibidas por el gobierno estadounidense. Pero el hecho de que el país esté por alcanzar el autoabastecimiento ha provocado un terremoto en la oferta mundial.

Por otra parte, la desaceleración de la economía china y la crisis financiera que se extiende en la zona euro (recientemente se publicaron datos bastante negativos de Alemania, la locomotora regional), están lastrando la demanda global de hidrocarburos, por lo que el equilibrio entre la oferta y la demanda se sitúa en un valor más bajo. De hecho, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) corrigió sus previsiones de crecimiento de la demanda mundial en 2014, que resultaron ser 200.000 barriles menores que la estimación previa.

Sin embargo, son varios los analistas que consideran que la fuerte caída de estos últimos meses no puede explicarse únicamente por una menor demanda en los principales mercados. Porque en el pasado, cuando la demanda mundial se contrajo, la OPEP (Organización de los Países Exportadores de Petróleo) decidió reducir la producción de manera conjunta entre todos sus miembros para recuperar los valores de equilibrio. En cambio, ahora no hay consenso en esta medida que permitiría frenar la actual caída, algo que queda claro en las recientes medidas del gobierno de Arabia Saudita (el miembro con la mayor cuota de producción del organismo), que decidió de manera unilateral, en septiembre pasado, aumentar su producción y reducir los precios ofrecidos a sus clientes de Asia. Frente al reclamo de los demás miembros (la próxima reunión de la OPEP es a fines de noviembre), el gobierno saudí ha hecho oídos sordos, mostrando que se siente cómodo en el actual nivel de precios.

Lo que pasa es que el panorama es distinto para otros países como Irán, Rusia o Venezuela, donde el precio de equilibrio para sostener las cuentas públicas se ubica muy por encima del valor actual. De acuerdo con estimaciones del FMI, el gobierno iraní necesita un barril de crudo Brent a u$s140 para no profundizar su déficit fiscal, Venezuela a u$s121, Rusia a u$s96 y Arabia Saudita a u$s93 (la semana pasada, el Brent cerró a u$s86). ¿Por qué entonces el gobierno saudí no reduce su producción para alcanzar ese valor de equilibrio?

Dos escenarios antagónicos

Los analistas que creen que el crack petrolero actual tiene causas que van más allá de la coyuntura europea no se ponen de acuerdo respecto de sus motivos más profundos. En realidad, los dos escenarios que se plantean son directamente antagónicos y ponen el foco en el rol de los dos principales productores mundiales, EEUU y Arabia Saudita.

De acuerdo con un informe publicado por Reuters, la estrategia de sobreoferta llevada adelante por el gobierno saudita se debería a una disputa comercial con su mayor rival. Como EEUU se especializó en la extracción de petróleo y gas no convencional (shale), su costo de producción es bastante superior al de las técnicas tradicionales, en donde Arabia Saudita sigue dominando el mercado. Y si los precios siguen siendo bajos, el desarrollo de la industria en EEUU se vería afectado. "El gobierno [saudita] aceptará precios del barril por debajo de los u$s90, y tal vez menores a u$s80 durante uno o dos años, para generar mayores ingresos en el mediano plazo", afirma Reuters. Según Robert McNally, ex asesor del presidente George W.Bush, "los sauditas aceptarán una caída en los precios para afrontar cualquier recorte de oferta necesario que permita equilibrar el mercado".

El otro escenario que se vislumbra es estrictamente opuesto, y plantea un acuerdo político entre ambas potencias petroleras. "Por motivos geopolíticos, EE.UU. y Arabia Saudita están sellando una alianza para hacer caer el precio del barril de crudo, de manera de afectar a Rusia e Irán", afirmó Aymeric de Villaret, analista de Société Générale especializado en el mercado petrolero. En este caso, el acuerdo sería para forzar al gobierno iraní, gran rival de Arabia Saudita en Oriente Medio, a detener su programa nuclear, y al ruso a dejar de apoyar a Siria en su guerra civil, otro rival regional de los sauditas.

A pesar de que no haya una postura común respecto de las causas de este declive, los analistas coinciden en que la era de los precios bajos durará un tiempo. En el caso de la Argentina, que busca desarrollar su mercado de shale en el área de Vaca Muerta, Neuquén, la baja en el valor del crudo no es una buena noticia, porque quita rentabilidad a estos proyectos en marcha.

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